Mi niña, cuanto te echaremos de menos, hemos hecho todo lo posible e imposible, pero no ha sido posible. Desde allí arriba te reclamaban, ha sido todo muy rápido, doloroso, pero hemos tenido que tomar una muy dura decisión. Nos hemos podido despedir como la familia que somos. Nunca, nunca te olvidaremos. Tengo el corazón roto y no se si llegaré a curarlo, pero ten seguro que nunca te olvidaré. Mi niña, mi gordi, mi Maya.